Vi crecer y anidar
las mas dulces hojas,
sentí su polen
junto a mis labios,
ese húmedo despertar
acortando la hostilidad
de un gastado camino
Comenzé asi a leer
un nuevo capítulo,
de recorridos cada vez
mas angostos.
Las nubes ya no me protegían
de los rayos del sol,
me sofocaban a gusto
contra el paredón de los hambrientos.
Y así descubrí el fin,
oculto en la ultima hoja
que pronto dejaría de mecerse para caer
y ser parte de mi colección,
la biografía seca de mi pasado a mi pies
engolosinando el calor del sol
para algún nuevo florecer.